Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDA-H)

Características y tratamientos que desarrollamos en nuestro centro

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDA H)

La definición del trastorno por déficit de atención con hiperactividad se realiza en torno a tres conceptos clave:

  • Falta de atención
  • Impulsividad
  • Hiperactividad

La falta de atención suele ser descrita por los padres y maestros con frases como "nunca terminan lo que empieza", "no se concentra", "se distrae muy fácilmente", "hay que estar siempre encima de él/ella", "está en la luna"…

La impulsividad se refleja en conductas tales como la incapacidad del niño para esperar su turno en situaciones académicas o de juego, asumir riesgos innecesarios que le llevan a padecer caídas y lesiones, poca tolerancia a la frustración, incapacidad para trabajar en tareas dónde no obtienen refuerzo inmediato, dificultades para seguir instrucciones y tendencia a responder precipitadamente en problemas con diversas alternativas.

La hiperactividad podríamos definirla como la presencia de niveles excesivos para la edad del niño, de actividad motora o verbal. Son niños que hablan continuamente, casi siempre se están moviendo, no pueden estar mucho tiempo sentados, etc…

Los síntomas se inician, a menudo, en la primera infancia (entre 2 y 6 años) y es más frecuente en los niños

Respecto al origen, se mezclan múltiples factores: biológicos, retraso madurativo, factores pre y perinatales, influencias genéticas y variables ambientales y de aprendizaje.

La hiperactividad conlleva, a veces, en los niños problemas de relación social con sus compañeros, de disciplina, problemas de conducta, fracaso escolar y déficit de autoestima. Por ello es importante detectar el problema cuanto antes para poder trabajarlo adecuadamente.

Tratamiento


El tratamiento combina terapia cognitivo-conductual con tratamiento farmacológico.

La medicación no es conveniente ni necesaria en todos los casos de hiperactividad, solemos recomendarla tras comprobar que los métodos psicológicos no son suficientes, en los casos más graves.

La intervención terapéutica combina estrategias psicopedagógicas con técnicas operantes y cognitivas, para promover en el niño comportamientos tendentes a desarrollar la atención, a solucionar problemas y, en general, a lograr autocontrol y reflexión ante las distintas demandas ambientales.